Personas

Odio a las personas que se limitan a respirar, que viven de lleno en la rutina y se olvidan de descansar. Odio a las personas que no se aman a sí misma, que no entienden el amor y huyen de él. Odio a las personas que no cuidan la naturaleza, la única esencia de vida verdadera. Odio a las personas que no entienden de miradas, de abrazos y sonrisas. Odio a las personas que pisotean a los demás. Odio a las personas que no admiten que ellas también fracasan. Odio a las personas que hacen oídos sordos a las bonitas palabras. Odio a las personas que no han entendido la esencia de la vida. Odio a las personas que compran lujos y ninguno adorna su corazón. Odio a las personas que nos les gusta aprender. Odio a las personas que no respetan al prójimo. Odio a las personas que no piensan por sí mismas. Odio a las personas que se quejan y no hacen nada por cambiar su situación. Odio a las personas que creen que los milagros caen del cielo. Odio a las personas que se sientan a ver qué pasa. Odio a las personas que se limitan a respirar.

En definitiva, odio a las personas muertas en vida.